Pecadores y Engranajes

"Hoy el hombre no se siente un pecador, se cree un engranaje, lo que es trágicamente peor. Y esta profanación puede ser únicamente sanada con la mirada que cada uno dirige a los demás, no para evaluar los méritos de su realización personal ni analizar cualquiera de sus actos. Es un abrazo el que nos puede dar el gozo de pertenecer a una obra grande que a todos nos incluya." Ernesto Sabato

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Nombre: Ingeniador
Ubicación: Quito, Pichincha, Ecuador

lunes, enero 26, 2009

Partido ganado

Cuarto para las dos y el aguacero es casi tan implacable como el chuchaqui que domina mi cuerpo, tiemblo como perro mojado, por alguna razón no puedo sacarme de la cabeza la imagen del muerto retorciéndose en su tumba, tantos miles de minutos cansándose de enseñar a una tarea de desadaptados algo de ortografía, para que acaben escribiendo SUSPENCION sin que nadie se de cuenta.
Para empezar el juego hacían falta dos jugadores, los oponentes ya habían reunido el mínimo posible y lucían en plenitud de condiciones. Cuando los camaradas me vieron llegar, me extendieron un par de guantes y sin más palabras nos dirigimos al campo del honor. Pitazo inicial, cinco contra cuatro y medio, porque la mitad de mi seguia deambulando junto al muerto en el mas allá. Y la suma de esa ventaja, con el vertigo que imprimían los oponentes corriendo como jinetes sin cabeza hizo que cayera mi valla por vez primera, paradójicamente... de cabeza. El silencio se apoderó de las filas del equipo, como un virus silencioso y letal, poco a poco el piso hizo presa de antiguas lesiones y la edad cayó como un edificio de hormigón, cuidadosamente demolido sobre todos los camaradas, resumiendo el primer tiempo fue un rosario de goles. En el intermedio me sentí mejor y quise decir unas palabras de aliento, "cinco a cero es remontable! Vamos con todo!" Pero al salir de mi boca, mis propias frases me supieron a jarabe para la tos mezclado con insecticida. El aguacero cesó y con la llegada del sol de la tarde, nuevos gladiadores se sumaron a la escuadra. "Calienten, Calienten!" El arranque del segundo tiempo no dio lugar a planeaciones, el back central se apiadó de la situación y tuvo la decencia de decirme que quería encargarse del arco y que yo pida no más el cambio. Luego del sexto gol en contra el panorama empezó a cambiar, la cancha pasó de estar totalmente inclinada sobre nuestra meta a estar ligeramente torcida hacia la derecha, remates de lado y lado que salían erráticos, como si fuesen disparos de un cañón curvilineo. El tiempo expiraba, y aunque fuese tan aplastante la derrota estábamos decididos todos a matar o morir! Tras la quinta lesión consecutiva de un camarada, tuve que entrar de nuevo, a jugar como mediocampista, segundos de pisar el pasto y resbalé dos veces sobre mi propio eje, sin atinar a seguir el balón o al jugador que me tocaba marcar, me gritaron "baja no más y que suba el Dany" obedecí con la dura carga de la conciencia de haber ido a jugar en tan mal estado cuando sabía que el partido era crucial, en eso el cambio de frente, dos camaradas en pared tocando de primera! El Dany se desmarca y corre al arco como un rayo! La mirada de su pequeña hija baña la escena con un halo de ternura paternal, el Dany de espaldas! el arquero se barre! la nena grita, el Dany se suspende en el aire y le pega de Chilena! Que golazo!!! Golazo sensacional !!! Yo corro a lustrarle los zapatos!!! Ayer en la tarde amigos, ganamos con un gol que vale por siete aunque todo el resto del mundo, diga lo contrario.