Pecadores y Engranajes

"Hoy el hombre no se siente un pecador, se cree un engranaje, lo que es trágicamente peor. Y esta profanación puede ser únicamente sanada con la mirada que cada uno dirige a los demás, no para evaluar los méritos de su realización personal ni analizar cualquiera de sus actos. Es un abrazo el que nos puede dar el gozo de pertenecer a una obra grande que a todos nos incluya." Ernesto Sabato

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Nombre: Ingeniador
Ubicación: Quito, Pichincha, Ecuador

martes, julio 18, 2006

¿Has visto a alguien dormir con los ojos abiertos? La mirada se pierde y el frío de la noche parece no hacerte daño, como si tuvieras el alma incendiada y la piel fuese una cáscara tersa a prueba de fuego. Todo arde, todo brilla, excepto tus ojos, la pitonisa acabó de eliminar el centelleo con un soplo, como si tu alegría hubiese sido tan sólo una vela sobre el pastel del recuerdo.

Aquella noche la plaza estaba desierta de clientes, y el cielo repleto de estrellas. Faltaba una media hora para empezar el montaje para el espectáculo, la gente se alimentaba frugalmente sobre la fría precisión de las mesas de acero desnudo y la camaradería podía sentirse en el aire. Y la silueta de la nueva caperuza, monopolizaba la atención de los operarios, como si se tratase de un fogón enorme en medio de una selva oscura poblada de árboles tristes.

La luna extendía tiernamente el manto de su luz sobre el suelo áspero y por el centro de la plataforma apareció la silueta oscura de un hombre que parecía surgir de la penumbra, el ingeniero de almas; sus alas se habían marchitado ya hace años, era sumamente arisco, aún con sus más cercanos colaboradores. El menos temeroso se acercó a su oscura presencia y le solicitó que los acompañara en la cena; mas no recibió ni siquiera una mirada, el ingeniero de almas volteó y siguió su camino ascendente hasta llegar a la claridad del balcón, donde su figura se erigía en aislamiento, con la misma lejana e imponente frialdad de los témpanos de hielo en el ártico.

La caperuza asustada por aquel extraño individuo preguntó el por qué de su actitud. Entonces el fauno, quien hace unos instantes le ofreció la cena, dijo que nadie sabía exactamente lo ocurrido, mas se rumora que alguna vez aquel lejano personaje había estado perdidamente enamorado de la estrella de la tarde; una pitonisa de suerte cambiante.

¿Alguna vez has visto el brillo en los ojos de los niños cuando observan el juguete de sus sueños? Es como si tomaras todas las ganas que tuvieses en el alma y las mezclaras con la ingenuidad del deseo sublime, con tal combinación es instantánea la reacción que produce ese fulgor en la mirada, y los adultos la añoran tanto…

Cuentan que la primera vez que la vio, sus ojos adquirieron súbitamente aquel fulgor inusitado, como por arte de magia. Ella yacía ensimismada como alucinando sobre el rostro de aquel hombre que era un completo extraño en su vida.

Entonces la estrella de la tarde, sin siquiera abrir su boca, le dijo palabras que le dejaron en trance y una vez que acabó de decirlas, se encargó de esconderlas para mantener intacto el brillo encantador de sus ojos. El tiempo pasó y la estrella de la tarde fue su alma gemela durante mucho tiempo, hasta que por un azar del destino sus caminos se separaron, ella tuvo una nueva oferta de trabajo que le resultaba irresistible. El día en que él la abrazó finalmente en despedida, ella arrancó al separarse un pedazo de su alma y sus ojos se oscurecieron al recordar la primera frase que le había profesado

“Tu vas a trabajar en este sitio, hasta después de que yo me haya ido”

Las palabras vinieron a su presencia con la intensidad de un deja vu, y cuando se recuperó del trance, ya la mujer se había largado sin dejar rastro alguno ni forma de localizarla. A los ojos de los demás le fue fácil olvidarse de ella, pero sus ojos habían perdido brillo y se volvió más huraño que de costumbre. Pasaba el tiempo tratando de recordar el resto del vaticinio original del que sólo tenía ahora la parte inicial. Las personas se dibujaban como fantasmas, a su alrededor, y siguió su lucha por convertirlas en variables del complejo sistema que a su mente se le encomendó diseñar, quería ser un Ingeniero de Almas.

¿Has tratado alguna vez de robotizarte, de ensimismarte tanto en tus pensamientos que tan sólo dejas de sentir? La soledad extrema puede causar ese efecto en las personas. Y para llegar a diseñar el sistema perfecto, el ingeniero de almas se deshizo de la compañera que durante 8 años y medio endulzó sus días con las tibias caricias del amor. Cuando el último de los afectos que aún se resistían a morir marchitos en su corazón hubo expirado, apareció ante él la perfecta máquina de almas, y junto con esta visión también la segunda parte del vaticinio.

“Luego inventarás una forma de que todo encaje aquí, y yo me iré para siempre”

Lo que quedó en sus ojos era el vago resplandor de la humanidad que todavía lo habitaba. En su lucha contra los sentimientos, había ganado cruentas batallas y se había vuelto inmutable, nada parecía conmoverle, el llanto de su madre podía recorrer por su piel como una gota sobre una canaleta metálica, sin hacer el menor efecto. Se había separado de su más cercano amigo en la Plaza y se alejaba como una barca desolada en la marea del abandono.

Bueno, eso es todo lo que se sabe de este ingeniero de almas, las dos frases que te conté, caperuza , me las dijo él mismo en alguna ocasión que se pasó de tragos, pero no acepta haberse enamorado, y el brillo de sus ojos todavía existía, hasta hace unos instantes. Cuando me clavó la mirada antes de subir por la escalera, su mirada estaba completamente vacía, era como una sombra, como cuando te apagan la luz de una habitación súbitamente y no alcanzas a ver nada, ésa oscuridad tenían sus ojos.

La caperuza , entonces regresó a ver a la figura del ingeniero de almas, inmóvil sobre el balcón vigilando a todos los que yacían mansos bajo su manto de temerosa tranquilidad, cuando capturó en sus ojos una mirada, la caperuza leyó la última frase del vaticinio, y recordó tristemente que la ciudad de Baños por la tarde había sido arrasada por una erupción volcánica

“Cuando el fuego llegue del volcán que guarda la ciudad de las cascadas, te quedarás solo, PARA SIEMPRE”

lunes, julio 03, 2006

¿Te acuerdas de cuando eras niño y el amigo rico de la cuadra tenía el famoso Atari 2600? En esa época era casi una alucinación poder mover un par de píxeles utilizando un dispositivo físico, era casi milagroso, como estar haciendo magia. Los gráficos eran casi tan malos como los juegos en sí. Recuerdo las primeras veces que me prestaron el control, la vocecita en mi cabeza me prescribía cada movimiento a ejecutar con una precisión matemática y mis amigos se admiraban de mi destreza.

Será que a ellos no les ayudaba su amigo imaginario; el mío no me acuerdo de dónde salió, pero se instaló en mi cabeza, y cuando no tenía ganas de hablar, cosa que era bastante frecuente, entablaba diálogos interminables con él, incluso en sueños.

Han pasado más de 20 años desde aquellas experiencias, y me he alejado bastante de los juegos últimamente.

De acuerdo al principio termodinámico biológico de la conservación del vicio: “El vicio no se crea ni se destruye, únicamente se transforma”

Dejé los videojuegos y me instalé en el alcohol y las malas noches.

Un par de veces traté de hacerle la ley del hielo a mi amigo imaginario, pero siempre pudo más que yo, aún es muy elocuente y sabe exactamente cómo hacerme reír; todo es normal mientras está instalado en mi cabeza y se contenta con permanecer ahí, sin embargo, cuando se le ocurre manifestarse físicamente suelen ocurrir incidentes extraordinarios.

¿Has visto la mirada de los niños enviciados en pleno videojuego? Las órbitas de los ojos dejan de ser límites, y su estrecha dimensión queda atrás, muy atrás; puedes sentir cada latido del corazón como si fuese un golpe de tambor amplificado en medio de la nada, y cada vez que aplastas un botón, te recorre una descarga eléctrica desde la yema del dedo hasta la espina dorsal, te quedas como pasmado en una realidad paralela, tienes el control sobre lo que ocurre, todo lo que pasa depende de ti, está en tus manos, incluso la vocecita en tu cabeza, todo es susceptible de controlarse desde tu mando.

Cuando mezclas esa sensación con un par de cervezas, sucede que al amigo imaginario se le da por salirse de la jaula, y cuando lo hace quedo dividido en 3 partes: él (mi amigo imaginario), mi cuerpo, y yo sentadito en mi cámara de dimensión paralela, con el mando remoto entre las manos, mientras el juego de la vida se carga en la consola.

Escenario 1, la entrada al cine, presiona “Start” para dar inicio, una plaza cubierta por un techo enorme de policarbonato que parece haber sido diseñada para generar efecto invernadero, bancas de mármol cuidadosamente abandonadas por la gente que pasea sus modas como si fuesen plumaje de pavo real, cae el sol de la tarde sobre las mamparas de aluminio y las plantas parecen tratar de hablarte de todo lo que han visto y han oído, bajo el video wall se sientan los 3 personajes a encarar, fácilmente detectables, con flechitas amarillas sobre sus cabezas. Para interactuar debes escoger a quién pones en modo invisible pues a la gente le resultaría muy raro ver a dos tipos total y completamente iguales caminando como si nada frente a la entrada del cine. Escojo a mi amigo imaginario; su cuerpo queda escondido en marca de agua, dirijo a mi cuerpo hacia la mesa; cuando estoy apenas a unos pasos, siento un objeto metálico en la punta del zapato, en el piso alguien olvidó su celular.

Pantallita de objetivos: “utilice el celular para que los personajes lo sigan hacia la sala de proyecciones del cine a su lado derecho”. Pausa: botón 4; selección: opción 3; contactos: Janna, timbrando y asoman las opciones:

1. “Hola preciosa, ¿saldrías con un tipo que todavía cree en su amigo imaginario?”
2. Janna estoy parado 5 metros a tu izquierda, ¿Qué estás esperando para entrar a la sala?”
3. “Déjales a esos giles y vente conmigo”

Selecciono la opción 2: objetivo logrado, la Janna, la bella idiota y el patán se dirigen hacia mi cuerpo con cara de furia. “¿Por qué no eres capaz ni de caminar para saludar con mi amiga?”. Bella idiota estampa un beso que cae como puñetazo sobre mi mejilla y nos dirigimos hacia la sala desierta de público 20 minutos antes de empezar la película.

Escenario 2, la sala de cine. Dirijo mi cuerpo hacia el interior, el trío de acompañantes se sientan en la mitad del salón.

Pantallita de objetivos “torture a sus acompañantes utilizando comportamiento anómalo” Pausa: botón 3; seleccionar acción:

1. Utilizar amigo imaginario para masajear los genitales del patán, haciéndole creer que es alguna de sus acompañantes.
2. Sentarse junto a bella idiota y fingir estar cautivado total y completamente por su cuerpo aunque en realidad le falte mucho en la retaguardia.
3. Enviar a amigo imaginario junto a bella idiota, ubicar cuerpo en la fila de atrás del trío y esperar instrucciones.

Selecciono la opción 3: objetivo logrado, la Janna, la bella idiota y el patán, se preguntan ¿qué diablos le pasa a este imbécil? Nos invita al cine y se sienta callado a matarse solito de la risa en la fila de atrás.

Escenario 3, proyección de la película “2046”, bella idiota está de apuro, el último tren al paraíso está por partir y se le hace tarde.

Pantallita de objetivos “destruya su relación personal públicamente con las 3 personas objetivo usando tan sólo 1 SMS” Pausa: botón 2; mensaje de patán, recibir:

“¿les vas a dejar?”

Botón 4, seleccionar opción, enviar SMS, seleccionar contacto “patán”, seleccionar mensaje:

1. “Encantado, las voy a dejar a la puerta de sus respectivas casas, todo lo que sea necesario por acolitarte, patán”
2. “Asombradas, a pesar de sentarme atrás voy a mantener mi reputación de caballero y las conduzco hasta la parada”
3. “Botadas en la calle”

Selecciono la opción 3, Amigo imaginario con su mano izquierda sostiene la pantalla del celular usando las manos del patán en ángulo de vista hacia la bella idiota, con la otra mano amigo imaginario tuerce la cabeza de bella idiota para que lea el mensaje.

Bella idiota se levanta, estampa la bofetada del milenio en la cara del patán, se da la vuelta, toma de la mano a la Janna, que pone cara de asombro, le indica que se largan y mientras alista su bolso, bella idiota regresa a ver mi cuerpo y lanza un grito que al unísono paraliza la proyección de la película y concentra la atención del público asistente sobre mi cuerpo replegado en ademán de protección ante el improperio:

¡GROSERO!


Bella idiota y Janna abandonan la sala de proyección como un par de brujas atrasadas a una despedida de soltera, acelerando sobre escobas último modelo.


MISIÒN CUMPLIDA